Fobias organiza-sociales

""El odio a las razas es más bien el abandono de la naturaleza humana".

                                 - Orson Wells (1915-1985)

En los últimos meses el término Xenofobia ha estado en boca de muchos. Hechos como la revigorización del Ku Klux Klan en EEUU, los últimos atentados yihadistas en Europa, marchas contra los derechos LGBTI, el alza de la participación política de Neo-Nazis o persecuciones a otras minorias de inmigrantes  en diferentes paises de Latinoamérica, nos hacen dar cuenta de que aún el mundo tiene un largo camino hacia la paz y convivencia mundial.

Pero a ver, comencemos por definir el tema. Google define una fobia como: “Temor intenso e irracional, de carácter enfermizo, hacia una persona, una cosa o una situación.”[1]

A veces estos miedos no son tan irracionales…por ejemplo, si uno se atraviesa con una araña más grande que lo normal, cualquier persona entendería una potencial «aracnofobia», o si estando en un estadio de futbol y hay una avalancha de personas, el trauma generado podría hacer que esa persona desarrolle una «agorafobia». 

Hay otras fobias que pueden ser más entendibles para cierto grupo de personas. Para un niño puede ser normal que tenga miedo a la oscuridad (Nictofobia), así como una persona que tuvo algún accidente automobilistíco pueda tener miedo a volver a conducir (Amaxofobia).

Sin embargo, y es un gran SIN EMBARGO, muchas veces cuesta entender cómo podemos temerle (para no decir ofender) a una persona cuya raza es diferente a la de uno. Y generalmente esto aplica a todo lo que la declaración universal de los derechos humanos pone en su Ártículo 2º: raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición [2]

Obra del artista Chat Maigre en Toulouse

Los seres humanos tenemos una facilidad de bloquear de nuestro sistema todo aquello que vaya en contra de lo «normal». Nos limitamos a aceptar aquellas estructuras sociales y paradigmas, que la sociedad y los medios nos imponen como lo correctamente pre-establecido.

¿Pero qué es hoy lo «normal»? ¿Acaso podemos decir que haya una nueva definición de normal que no estamos viendo?

Antes lo normal (apenas 150 años atrás) era tener esclavos afrodescendientes en los patios de cada casa…era la «moda» en las familias de alta alcurnia europea y latinoamericana. También se acostumbraba a pactar casamientos apenas cumplidos los 14 años de la hija mujer. Era impensado que una persona de color se case con un blanco. La sociedad no estaba preparada para eso...¿Pero y ahora?

¿Qué tan diferente es insultar a una persona por no tener suficientes recursos? ¿Qué tan frecuentemente “la casa se reserva el derecho de admisión”? ¿En cuántas entrevistas de trabajo una persona tiene más posibilidades de ser contratada si fue a un colegio privado? ¿o si se ve “socialmente atractiva”? ¿Cuántas posiciones laborales pagan más a un hombre que a una mujer? ¿Cómo se siente un hombre gay cuando no lo deján entrar a un hospital a ver a su pareja internada? 

La sociedad, y me incluyo, muchas veces miramos de costado. Decimos que no discriminamos y compartimos noticias en nuetras redes sociales sobre el tema. Somos un ejemplo virtual de lo políticamente correcto, pero muchas veces se nos escapa un pensamiento «fóbico», o un comentario y lo dejamos pasar.

Y eso no está bien.

Diariamente tenemos que trabajar por una sociedad más justa. Lo podemos hacer de varias maneras (asistiendo fundaciones, apoyando campañas de derechos humanos, donando, etc.) pero los más sencillo es creando conciencia. 

Conciencia de que las fobias están entre nosotros, y que de nosotros depende no seguir en expandiendo la discriminación. Cada uno debe apuntar a romper los prejuicios y actitudes intolerantes.

A veces no se necesitan grandes demostraciones sino pequeñas acciones, como no darle la espalda a una persona por su color de piel, ofrecer una política de ascensos equitativa, no gritar epítetos peyorativos o sentarnos a escuchar lo que los abuelos y adolescentes tienen para aportar a la sociedad.

Hay varios ejemplos de campañas en los que podemos basarnos y continuar el camino ya avanzado. Entre ellos la ONU ha lanzado varios proyectos:

    

        #FightRacism en contra del racismo - http://www.un.org/es/letsfightracism/

        #LibreseIguales por igualdad de derechos de la comunidad LGBTI https://www.unfe.org/es/

        #womenshould contra el sexismo http://womenwatch.unwomen. org/

        #1minuto apoyando familias refugiadas http://www.acnur.org/1familia/#

Pero tambien podemos encontrar otras iniciativas que han tomado fuerza en los últimos años:

     

       #GotYourBack apoyando la comunidad LGBTI de GLAAD https://www.glaad.org

  #Coexist buscando la cohesión social  https://www.coexist.org/

  #HelpAge apoyando a los adultos mayores http://www.helpagela.org

  #ItStopsWithMe campaña australiana contra el racismo http://itstopswithme.humanrights.gov.au/

  #Prideforeveryone de Google 

Las empresas, como actores de la comunidad, tienen la obligación moral de apoyar la diversidad empresarial, y evitar que estas fobias sociales se conviertan en “fobias organiza-sociales”. Es decir, que ese miedo irracional penetre en la cultura organizacional. Las empresas deben estar ser lugares donde las personas se puedan desarrollar personal y profesionalmente, sin temor a ser agredidos por su raza, género, orientación sexual, edad, entre otras.

Como gerentes encargados de estas empresas, la generación de conciencia debe empezar con nuestro ejemplo, y lograr que cada miembro de nuestra organziación lo replique en todas las áreas. No es simplemente un ejercicio de la gente de Recursos Humanos, sino que debe ser una característica natural de toda nuestra estructura.

Todavia estamos a tiempo de lograr un mundo que pueda vivir en paz, sin prejuicios y sin barreras mentales que limiten la integración humana. 

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[1] https://www.google.com.ar/search?q=definicion+fobia&oq=definicion+fobia

[2] http://www.un.org/es/universal-declaration-human-rights/